Para orientar con éxito la gestión hacia la calidad, la empresa define como política general alcanzar la plena satisfacción de los clientes, diferenciándose en su sector por la calidad y fiabilidad de los productos que comercializa, así como por la calidad del propio servicio de comercialización.
Las directrices que emanan de esta política se pueden resumir en los siguientes principios u objetivos básicos:
A. Orientación al cliente
Los clientes son nuestra razón de ser por lo que no solamente hemos de atender y satisfacer sus necesidades manifestadas, sino que debemos de ser capaces de adelantarnos a sus expectativas mediante un contacto permanente que nos permita evaluar la percepción que los clientes tienen sobre los productos que comercializamos.
B. Atención individualizada
La profesionalización que demanda el mercado nos obliga a adecuar nuestro proceso de comercialización a las características y necesidades de cada cliente. Por ello, una de nuestras constantes de actualización es la mejora permanente de dicho proceso.
C. Autocontrol
Nuestro servicio al cliente no puede depender del control permanente. En la medida que crecemos, cada miembro ha de asumir la responsabilidad sobre sus tareas al nivel que le corresponda. La gestión de nuestro servicio ha de estar centrada en las personas que lo realizan, para lo cual dentro de su marco de actuación, tienen la autoridad y capacidad para organizar las actividades para conseguir la satisfacción del cliente, contando para ello con todo el apoyo de la Dirección.
Para desarrollar estos principios básicos, debemos apoyarnos en los siguientes objetivos de calidad:
OBJETIVOS GENERALES DE CALIDAD
1. Conocer las necesidades del cliente y satisfacerlas en todas las fases de su relación con él, desde la actividad comercial hasta la facturación.
2. Poder asegurar a nuestros clientes el suministro de productos solventes, seguros, fiables, conformes con sus requisitos, y con una relación calidad/precio y unos plazos de entrega que satisfagan plenamente sus necesidades y expectativas.
3. El compromiso completo y prioritario de la Dirección con el sistema de aseguramiento de la calidad, y la instrucción y motivación del personal para que se integre y participe en él.
4. Implantar y crear las condiciones adecuadas en los diferentes ámbitos de trabajo de la empresa para facilitar la expresión de nuevas ideas y propuestas necesarias para desarrollar procesos de mejora.
5. Disminución de los fallos, con el consiguiente aumento de la productividad y rentabilidad, para lo cual es necesario que cada cual mejore su propio trabajo, que los procedimientos de la empresa sean más ágiles, eficientes y económicos y se establezcan acciones y programas orientados a la prevención antes que a la corrección.